Valentina tenía 14 años cuando tuvo que abandonar la escuela por dificultades económicas en su hogar. Su madre, cabeza de familia, no podía costear los gastos educativos. Gracias al programa de becas de la Fundación Grupo30, Valentina pudo retomar sus estudios y hoy, con 17 años, está a punto de graduarse con honores. Además, ha descubierto su pasión por la tecnología y sueña con ser ingeniera de software.
“Nunca imaginé que volvería a estudiar. Ahora sé que puedo lograr todo lo que me proponga”, nos cuenta emocionada.







